La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola (MMR) podría proporcionar cierta protección contra el COVID-19. En un nuevo estudio publicado en la revista mBio, los investigadores proporcionan más evidencia al mostrar que los niveles de anticuerpos IgG están inversamente correlacionados con la gravedad en pacientes recuperados de COVID-19, previamente vacunados.
«Encontramos una correlación inversa estadísticamente significativa entre los niveles de titulación de las paperas y la gravedad de la COVID-19 en personas menores de 42 años que se han vacunado contra sarampión, paperas y rubeola», explica el autor principal del estudio, Jeffrey E. Gold.
Esto se suma a «otras asociaciones que demuestran que la vacuna puede ser protectora contra COVID-19. También podría explicar por qué los niños tienen una tasa de casos de COVID-19 mucho más baja que los adultos, así como una tasa de mortalidad mucho más baja».
La mayoría de los niños reciben su primera vacuna contra sarampión, paperas y rubeola alrededor de los 12 a 15 meses de edad, y una segunda entre los 4 y 6 años de edad.
No se contagia después de nueve días
El virus no se puede contagiar más allá de los nueve días desde el inicio de síntomas, según estudio.
Aunque el material genético del SARS-CoV-2 todavía puede detectarse en muestras respiratorias o de heces durante varias semanas, un examen sistemático y un metaanálisis de tres coronavirus humanos, publicado en la revista The Lancet Microbe, no ha encontrado ningún virus vivo (que pueda causar infección) en ningún tipo de muestra recogida, más allá de los nueve días del inicio de los síntomas.
Según sus resultados, las personas con el SARS-CoV-2 tienen más probabilidades de ser altamente infecciosas desde la aparición de los síntomas y los cinco días siguientes.
«Nuestros hallazgos coinciden con los estudios de rastreo de contactos, que sugieren que la mayoría de los eventos de transmisión viral ocurren muy temprano, y especialmente dentro de los primeros cinco días después de la aparición de los síntomas, lo que indica la importancia del auto-aislamiento inmediatamente después del comienzo de los síntomas», explica el líder del estudio, Muge Cevik, de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido).
Muchos países recomiendan actualmente que las personas con una infección de SARS-CoV-2 se auto-aíslen durante 10 días, lo que los autores dicen que está en consonancia con sus hallazgos, cubriendo cautelosamente el período de infecciosidad.
«Estos hallazgos sugieren que, en la práctica clínica, puede que no sea necesario repetir las pruebas de PCR para considerar que un paciente ya no es infeccioso, ya que podría seguir siendo positivo durante mucho más tiempo y no indica necesariamente que puedan transmitir el virus a otros. En los pacientes con síntomas no graves, su período de infecciosidad podría contarse en cambio como 10 días a partir de la aparición de los síntomas», señala Cevik.