El deporte y el ejercicio físico son muy importantes para que los niños mejoren la coordinación, la movilidad y la fuerza y para fortalecer su sistema inmunológico, así como el corazón y la circulación. Pero el entrenamiento indebido podría ser malo para el crecimiento de los niños.
Un entrenamiento excesivo con patrones de movimiento recurrentes puede causar problemas en el desarrollo de alguna de las extremidades, advierte la Sociedad Alemana de Medicina Deportiva (GOTS).
Mientras que una recarga de las articulaciones podría inhibir el crecimiento, los movimientos de elongación lo estimulan.
Los expertos en medicina ortopédica y traumatología mencionan dos ejemplos de entrenamiento que pueden afectar el crecimiento en niños: en los gimnastas se observa un desgaste temprano del distal del radio, que puede llevar a un acortamiento del antebrazo.
En tanto, en el caso del tenis, los movimientos estimulan las articulaciones del brazo que golpea, lo que puede llevar a una extensión de esa extremidad.
Articulaciones en crecimiento, un punto débil en niños
Generalmente, las articulaciones de crecimiento que aún están abiertas en los niños, son un punto débil. No solo pueden ser dañadas por una tensión crónica, por ejemplo a través de un entrenamiento constante, sino que las fracturas o compresiones también pueden afectarlas.
Una posible consecuencia de una lesión traumática es que partes de la articulación se cierren, lo que puede llevar a un crecimiento incorrecto. Para detectar esto a tiempo, las articulaciones de crecimiento dañadas deben ser controladas muy exhaustivamente.